El mensaje oculto de las emociones
Las emociones son respuestas psicofisiológicas ante estímulos del ambiente, dicho de otra manera, son los cambios que se producen en nuestro cuerpo cuando aparecen ante nosotros determinados objetos, personas o situaciones. Las emociones básicas que se repiten en todas las culturas son: La alegría, la tristeza, el asco, el miedo y la sorpresa. En ocasiones nos hablan en un lenguaje que muchas veces no entendemos o no sabemos escuchar, implicando ésto que no entendamos para qué se manifiestan en nosotros.
El mensaje oculto de la tristeza:
La tristeza surge ante una perdida o un no cumplimiento de nuestras expectativas, esto nos lleva a un estado de desánimo, dolor afectivo e incluso falta de apetito. El cuerpo ante la tristeza nos invita a la soledad, nos apetece estar solos y hasta es posible que con poca luz. Es un estado de recogimiento e introspección, que nos permite revisar esos acontecimientos que han ocurrido recientemente en nuestra vida y que han modificado por completo aquellos esquemas que habíamos formado respecto al futuro y que tenemos que reformular. Sin la sabia tristeza no podríamos encajar las piezas de ese puzzle que se ha desmontado y tenemos que volver a construir.
Socialmente la tristeza no es bien recibida, ya que su mensaje se contagia e incomoda a los que están cerca. Ante esta incomodidad lo que solemos hacer es animar a esa persona a no estar triste y a distraerse, no permitiendo la tristeza. La tristeza tiene un mensaje que traernos y aunque no sea agradable es muy necesaria.
¿Qué pasa si no escuchamos a la tristeza? La tristeza a veces puede ser muy dolorosa e insoportable, por lo que a veces se recurre a conductas distractoras, que parecen hacerla desaparecer, pero podemos caer en adicciones como el alcohol o otras sustancias que sirven solo como parche y empeoran nuestro estado.
Esto no significa que haya que sumirse en un pozo sin fondo de tristeza y regocijarse en el dolor, ¡no! . Simplemente es cuestión de permitirse la tristeza escucharla y dejarla que nos acompañe durante una temporada, pero nunca quedarnos en ella, solo es una parada de revisión y que no nos puede desviar de nuestro camino. Saldremos de ella con un gran conocimiento de nosotros y fortalecidos para nuevas situaciones de la vida.
El mensaje oculto de la rabia:
La rabia o enfado, es otra emoción que no suele ser agradable compañera, pero que nos trae otro mensaje muy útil para nuestro bienestar. La rabia surge ante una invasión de nuestra integridad, nuestras posesiones o nuestros derechos. Nos activa ante esta mengua de nuestra libertad y nos da la fuerza necesaria para defendernos de ese ataque. Si no fuera por la rabia estaríamos indefensos ante los abusos del exterior.
La rabia es que es otra de las emociones que no está bien vista socialmente, su expresión suele ser coartada. Ante el rechazo de esta, solemos dar más importancia a agradar a la otra persona y no comunicarle aquello que nos molesta, esto nos perjudica a nosotros mismo, pues no respetamos aquello que sabiamente nos esta comunicando el cuerpo y necesitamos. A la larga es un arma de doble filo, pues esta no desaparece por no prestarle atención o no expresarla, sino que se acumula y quizá cuando se sumen varias situaciones que vivamos como un ataque o una molestia, el resultado será una explosión de rabia aún más fuerte y desmedida, como la gota que colma el vaso.
Escuchar y expresar aquello que nos moleste, siempre de un modo asertivo será más saludable que tragárnoslo o acumularlo.
El mensaje oculto de la aversión o asco:
El asco es una emoción que nos avisa de que corremos peligro de enfermar ante ciertas sustancias u objetos, produciéndonos un fuerte desagrado y repulsión o incluso arcadas. El asco nos avisa de aquello que no nos gusta y aparte de la función evolutiva también nos puede avisar de aquello que no nos gusta y poder expresarlo y comunicarlo. Todos alguna vez nos hemos comido una comida que no nos gusta o hemos hecho algo por alguien que no nos apetecía, aunque fuera la comida más sana del mundo o la actividad más divertida o placentera, es posible que no nos sentará bien. Ir en contra de nuestras preferencias puede ocasionarnos problemas, un auto-boicot a nuestros deseos suele producirnos mal estar a nivel físico y en casos extremos podemos enfermar.
Hacer lo que nos apetece y nos gusta siempre es beneficioso, es verdad que hay ocasiones en las que tenemos que ceder ante las exigencias del entorno, pero siempre hay una manera de hacerlo sin olvidarnos de lo más importante, nosotros mismos.
El mensaje oculto del miedo:
El miedo es otra emoción que nos produce sensaciones desagradables, provocadas por la percepción de peligro, este puede ser real o supuesto, estar en el presente, futuro o pasado. El miedo nos avisa de que algo malo nos puede pasar y nos prepara para la acción.
Las respuestas ante el miedo pueden ser diferentes, por un lado esta la huida, totalmente adaptativa y que nos salvo en la antigüedad para salvarnos de ataques de depredadores y por otro la inmovilidad, de la que hablaré más adelante. En la actualidad esta respuesta rápida e involuntaria de huir nos puede servir para protegernos de accidentes o peligros físicos. Cuando sentimos el miedo de una manera más racional y prevemos el peligro también nos puede ayudar a no cometer actos peligrosos o que tengan consecuencias desagradables para nosotros. Pero ¿qué pasa cuando un miedo nos paraliza? En la historia de nuestra evolución el quedarse petrificado ante un peligro también a tenido su utilidad, ante ciertos depredadores la respuesta de huida era peor que quedarse totalmente quieto, y por eso nos puede suceder esto hoy día.
Escuchar nuestro miedo nos puede dar mucha información acerca de nosotros, de nuestro pasado y también de cómo actuar en el presente. Es interesante que veamos si algo que en el pasado nos asusto o tuvo consecuencias negativas para nosotros, pueden tener el mismo resultado hoy día. Esta bien cuestionarse de donde nos vienen esos miedos y si son útiles en nuestro momento actual, porque quizá nos estén limitando e impididiendo hacer cosas de las que somos muy capaces. Es importante estar atentos a que cosas os paralizan u os cuesta realizar y de que cosas huís.
El mensaje oculto de la sorpresa:
La sorpresa es una emoción que nos prepara, es la emoción más corta y sirve para orientar nuestra atención, una vez que la atención esta enfocada en el estimulo deja paso a otras emociones como el miedo, la tristeza, la alegría o el asco. La sorpresa quizá es la que menos información nos pueda aportar, ya que su función es meramente orientativa, pero si que es interesante ver que cosas son las que nos sorprenden, o si nos sorprendemos habitualmente. No esta mal tener una sorpresa de vez en cuando, si es agradable y nos saca un poco de la rutina, al igual que nosotros también podemos sorprendernos a nosotros mismos haciendo cosas diferentes.
El mensaje oculto de la alegría:
Su función es hacernos repetir aquello que es saludable para nosotros, aquello que nos gusta. Al contrario que las demás emociones las consecuencias de la alegría son muy agradables y solemos ir en su busca. Nuestro cuerpo cuando la experimenta libera endorfinas, encargadas de producirnos placer, por lo que en ese momento nos cargamos de energía, nos sentimos más ligeros e incluso el paso del tiempo parece volar. Socialmente la alegría suele estar bien vista, salvo por los que no la experimentan. La alegría a veces puede servir para camuflar otras emociones, pero esto hace que pierda su verdadero valor, porque nos podemos convencer a nosotros mismos de que estamos alegres porque ha sucedido algo, pero en el fondo tener la sensación de que no nos alegra tanto, esta bien escuchar eso que esta de fondo porque algo nos quiere decir y seguramente escuchándolo podamos vivir aún más la alegría.
La alegría nos enseña aquello que realmente queremos, aquello con lo que disfrutamos de manera incalculable, es una buena mensajera de aquello por lo que tenemos que luchar para nosotros mismos. Es muy fácil perderse en hacer que los demás estén alegres, pero esto nos puede alejar de nuestra propia alegría y quien de verdad nos quiere se alegrará cuando nosotros lo estemos también.
Es importante ponerle conciencia a nuestras emociones, siempre tienen algo que decirnos y escuchando ese lenguaje que parece oculto podemos aprender más acerca de nosotr@s y nuestro bienestar.
Salvador Mompeán Botías, Psicólogo.