La elección de ser un@ mism@

 

Imagina que sales de casa con la intención de ir a algún sitio, solo tú sabes bien a donde te diriges, o no. Conduces durante un largo periodo de tiempo. Te guías por lo que tus familiares y conocidos te han aconsejado sobre qué desvíos son mejores, por qué carreteras tienes que pasar para llegar a tu destino, qué cosas no debes hacer mientras conduces, cuales sí…

Tú, confías, sigues los consejos que te dan, escuchas lo que ellos hicieron cuando viajaron y cuáles fueron sus experiencias, y decides actuar conforme a eso .En ocasiones, dudas sobre si la ruta elegida es la mejor pero enseguida se disipan tus dudas al acordarte que te han dicho que ese camino es el idóneo.

Cuando llevas ya un buena parte del recorrido hecho y se supone que tienes experiencia en la conducción, divisas un peaje. La persona adulta que te recibe te pregunta cómo ha sido el viaje hasta ahora y si te ha gustado el camino. A ti te sorprende, nunca te has cuestionado si te gustaba, simplemente lo has seguido porque es lo que te han recomendado. El agente te pide que lo reflexiones y, por si acaso, te da la posibilidad de cambiar de ruta, con la única condición de que la ruta tiene que ser dibujada por ti (da igual si es dibujada en el momento o sobre la marcha,) ya que, la compañía de peajes no quiere hacerse responsable del descontento de los transeúntes al cambiar la ruta. Eso sí, independientemente de la ruta elegida, la tasa para cruzar el peaje debía ser abonada, porque como bien dijo el agente, todo viaje tiene un coste…

¿Qué harías tú en esta situación? ¿Seguirías por el camino marcado o te aventurarías a diseñar tu propia ruta?

Esta pequeña visualización nos pone delante una serie de interrogantes sobre nuestra propia vida: ¿Dónde vamos? ¿nos gusta cómo ha transcurrido nuestra vida hasta el día de hoy? ¿Qué responsabilidad he tenido yo en las decisiones tomadas a lo largo de la misma? ¿En base a qué he tomado tales decisiones? ¿Tengo en cuenta mis gustos, intereses y necesidades a la hora de elegir? Interrogantes que no siempre afloran y que cuando lo hacen, no siempre son escuchados y atendidos.

Conducimos gran parte de nuestra vida guiándonos por los mensajes que nos llegan de fuera, porque somos inexpertos y necesitamos ayuda. Sin embargo, conforme vamos desarrollando nuestra capacidad de raciocinio, todas estas preguntas empiezan a rondar por nuestra cabeza y, ante ellas, podemos hacer dos cosas: ignorarlas o intentar darles respuesta. Si ignoramos, seguiremos el camino marcado, si intentamos responderlas, elegiremos dibujar nuestra propia ruta.

Decantarse por diseñar el propio camino, conlleva necesariamente un proceso conocido como Crecimiento Personal y que requiere, apertura. No apertura hacia el mundo, sino hacia uno mismo. Abrir las propias ventanas y puertas y ver, con claridad, que hay dentro. Tomar conciencia de todo lo que nos constituye y de que cosas son nuestras y cuáles son prestadas y ya no necesitamos (ya sean mensajes, actuaciones, mandatos, etc), contactar con las propias necesidades y establecerlas como guía.

¿Y para qué plantearse todo esto? Pues simplemente para sentirnos libres y responsables de nuestra vida, para coger las riendas y dirigirnos allí donde queremos, para elegir, para tener una vida más plena y satisfactoria, para conocernos, amarnos y respetarnos… a fin de cuentas, para aumentar nuestro bienestar en todas las esferas de nuestra vida.

Es cierto que la elección de cualquier forma de vida o de cualquier camino conlleva un coste. Si elegimos vivir acorde a lo que otros han establecido que tiene que ser nuestra vida, perdemos la libertad de ser un mismo, dueño de su coche y responsable de su camino. Si, por el contrario, elegimos ser nosotros mismos los que planifican la ruta, tenemos, como coste, tener que renunciar a ciertas formas de pensar y de actuar que nos distraen de nuestras verdaderas necesidades pero que hasta ese día nos han servido para seguir viajando, aumentamos la probabilidad de perdernos y de estar desorientados pero, a largo plazo, ganamos autenticidad y libertad.

No es tarea fácil decidir el camino como no es tarea fácil ser un@ mism@.

 

 

 

 

Lali Tudela Martínez. Psicóloga

Recent Posts

Deja tu comentario